
📄 Tipo de contenido: Artículo de análisis
⏱️ Tiempo estimado de lectura: 20 minutos
📅 Fecha de publicación: 07/07/2025
👤 Autor: Christian Cruz – Consultor en Kaigrowth
🔍 Tema central: Análisis de las competencias digitales y su relación con otras habilidades y capacidades
«Vivimos rodeados de pantallas, plataformas y asistentes inteligentes. Pero, ¿eso significa que realmente comprendemos cómo funciona el mundo digital?»
En un tiempo donde lo tecnológico es omnipresente, la diferenciaya no está solo entre quienes tienen o no acceso, sino entre quienes desarrollan competencias digitales reales y quienes simplemente usan herramientas que no comprenden.
¿Tenemos claridad sobre cómo estas competencias impactan nuestra forma de aprender, trabajar y adaptarnos a los cambios?
Este artículo no trata sobre alfabetización básica, sino sobre una brecha más profunda: la falta de capacidades para comprender, evaluar y actuar con criterio en entornos tecnológicos cada vez más complejos.
La alfabetización digital es definida por la UNESCO como:
“La capacidad de acceder, gestionar, comprender, integrar, comunicar, evaluar y crear informaciones mediante la utilización segura y pertinente de las tecnologías digitales para el empleo, un trabajo decente y la iniciativa empresarial. Esto incluye competencias como la alfabetización informática, la alfabetización en las TIC, la alfabetización informativa y la educación mediática, que tienen como objetivo empoderar a las personas y, en particular, a los jóvenes, para que adopten una actitud crítica en cuanto a la utilización de las tecnologías de la información y las tecnologías digitales, y para que puedan desarrollar su resiliencia frente a la desinformación, el discurso de odio y el extremismo violento” (Alfabetización digital – Unesco)
Más allá de leer y escribir: una nueva forma de alfabetización
Durante siglos, ser “alfabetizado” significaba saber leer y escribir. Pero hoy, en un entorno donde la información circula por redes, plataformas y sistemas automatizados, ese concepto se transforma y se expande. Ya no basta con acceder a la tecnología: se requiere un nivel de comprensión que permita a las personas aprender, adaptarse y tomar decisiones en contextos digitales cada vez más complejos.
Ese nivel de comprensión se alcanza mediante el desarrollo de competencias digitales, que van mucho más allá de saber usar herramientas. Implican criterios, fundamentos y una alta capacidad de interpretación, similares a lo que ocurre con la alfabetización tradicional cuando se alcanza un alto nivel de comprensión lectora.
En éste ámbito, surgen nuevas formas de exclusión relacionadas no solo con el acceso, sino con la capacidad de comprender y usar la tecnología de forma crítica.
Pero para entender verdaderamente qué implica dominar la tecnología, es necesario mirar más allá del dispositivo o la herramienta. Debemos observar cómo se construye el pensamiento que permite interpretar, decidir y actuar en entornos digitales. Y allí, la comprensión lectora y el desarrollo cognitivo asociado juega un papel central.
📘 La relación entre comprensión lectora, cognición y competencias digitales
Comprender lo digital no es solo una cuestión de familiaridad con dispositivos. Implica habilidades cognitivas que se construyen desde antes: leer con atención, interpretar lo que se ve y tomar decisiones.
«La comprensión lectora es transversal a muchas de las competencias digitales, especialmente cuando se trata de entender, evaluar y aplicar información en entornos digitales.»

La comprensión lectora refleja la activación efectiva de múltiples capacidades cognitivas. A su vez, la práctica regular de la lectura favorece el desarrollo y fortalecimiento de estas funciones mentales a lo largo del tiempo.

Estos niveles cognitivos se fundamentan en marcos ampliamente reconocidos provenientes de diversas disciplinas, como la psicología cognitiva, la neurociencia, el estudio de la memoria, el desarrollo del lenguaje, la psicología del razonamiento y la investigación sobre funciones ejecutivas, entre otros campos relacionados.
Interacción dinámica entre los niveles
Cada nivel superior integra y depende de los niveles anteriores:
- Si falla la percepción o la atención, la comprensión no comienza.
- Si no hay memoria de trabajo, las frases no se integran.
- Sin procesamiento semántico, no hay inferencia.
- Sin pensamiento lógico, no hay evaluación crítica.
- Y sin metacognición, no hay regulación ni mejora autónoma.
“Toda persona posee un sistema cognitivo con el potencial de transformarse. Al desarrollarlo, se habilita la posibilidad de construir de forma consciente el camino que desea recorrer.”
Más allá de la Metacognición
Hemos propuesto algunas extensiones o niveles complementarios, que no están por “encima” en un sentido jerárquico tradicional, pero sí profundizan o expanden capacidades y la experiencia lectora.

Estas son capacidades de orden superior que integran y trascienden tanto la cognición como la metacognición. Se aplican de forma compleja, especialmente en contextos interpersonales, sociales o éticos, y permiten:
- Generar nuevo conocimiento
- Resolver problemas no estructurados o de alta complejidad
- Comprender en profundidad a otras personas o realidades
- Transformar entornos, discursos o prácticas
Estas capacidades no surgen de forma aislada, sino que son manifestaciones avanzadas de un uso sofisticado, integrado y consciente de la mente, que incorpora además dimensiones afectivas, sociales y éticas.
¿Por qué se consideran de orden superior?
Estas capacidades integran y trascienden la cognición y la metacognición, activándose en situaciones complejas que requieren juicio, adaptación y conciencia ética. Su estudio se enmarca en enfoques de la psicología cognitiva, neurociencia, teorías del pensamiento complejo y educación transformadora.
¿Qué es una lectura epistémica?
Una manera de aproximarse a estas capacidades superiores es a través de lo que podríamos llamar lectura epistémica: una forma de leer que no solo recibe la información, sino que la analiza, la contrasta, la reinterpreta y permite formar pensamiento propio a partir de ella.
Para ilustrar esta práctica de forma transparente, comparto un ejemplo personal. No está editado ni busca ser una versión perfecta; simplemente muestra el ejercicio genuino de detenerse, procesar y resignificar lo que se lee.
📘 Definición encontrada en línea sobre «conciencia crítica»:
Es la capacidad de percibir, analizar y cuestionar las estructuras sociales, culturales y políticas que influyen en la realidad personal y colectiva, con el fin de transformar esas realidades desde una postura ética y reflexiva.
✍️ Una reflexión personal y espontánea al respecto:
Conciencia crítica, es la capacidad de repensar, reevaluar algo establecido, ya sean teorías, posturas frente a una idea determinada, más que la forma en que se percibe, es cuestionar o no una creencia o definición, basado en los fundamentos de cada concepto que la sostiene, no se enmarca sólo en cuestiones culturales y políticas, si afirmo que el significado de algunos conceptos que no son globalmente reconocidos, variando su significado según la región o cultura, por lo que ese significado es una variable que puede resultar en interpretaciones diferentes entre personas de diferentes culturas frente a una idea o creencia.
Este tipo de lectura no es exclusiva de expertos ni académicos. Cualquier persona puede ejercitarla, si se da el espacio para detenerse, observar y comprender en profundidad cada composición de palabras, cada significado y en caso resulte alguna fuera de nuestro vocabulario y comprensión, buscar su significado.
¿Cómo se vinculan los niveles cognitivos con el desarrollo personal y laboral?
Ahora observaremos cómo los niveles cognitivos desde la percepción hasta la metacognición habilitan distintas capacidades clave. Estas, a su vez, abren oportunidades concretas tanto en el desarrollo personal como en el mundo laboral.
La siguiente tabla muestra esta relación, destacando cómo cada nivel cognitivo sostiene habilidades aplicables en contextos reales y diversos.

Importante: Una persona puede tener desarrolladas habilidades correspondientes a distintos niveles cognitivos y en grados diversos. Esto se debe a que las funciones mentales no evolucionan de forma lineal ni uniforme. Por ejemplo, alguien puede tener un excelente pensamiento lógico para resolver problemas complejos, pero aún estar desarrollando la capacidad de retención en memoria de trabajo o la atención sostenida.
Esta combinación única de fortalezas y áreas en desarrollo es lo que configura el perfil cognitivo individual, el cual puede potenciarse con experiencias educativas, práctica y autorregulación. Comprender esto permite diseñar apoyos personalizados y promover trayectorias de aprendizaje más efectivas, tanto en lo académico como en lo laboral.
Ahora bien, si estas capacidades pueden desarrollarse y aplicarse en distintos contextos, cabe preguntarse: ¿Cuáles de ellas podrían ser replicadas o sustituidas por sistemas de inteligencia artificial?
A continuación, exploramos esa pregunta en una tabla que relaciona:
- El nivel cognitivo involucrado,
- Las oportunidades de desarrollo que habilita, y
- Una reflexión sobre si las funciones asociadas podrían o no ser reemplazadas por la IA actual.

📌 Algunas ideas clave que surgen:
- Las capacidades y tareas más básicas son las más sustituibles por IA.
- Las capacidades cognitivas superiores (pensamiento crítico, metacognición) no solo son menos automatizables, sino que son imprescindibles para convivir y trabajar con IA.
- Esto refuerza la importancia de fomentar la lectura y el pensamiento profundo para mantenernos relevantes en el futuro laboral.

“Al abordar el riesgo de sustitución por la IA, no busco asustar, sino invitar a la reflexión. La IA puede realizar muchas tareas, pero no puede reemplazar del todo la comprensión profunda, el juicio humano ni la creatividad consciente . El propósito es entender en qué aspectos podemos complementarnos con la IA, y qué habilidades humanas debemos fortalecer para seguir siendo relevantes.”
🧩 Desarrollar habilidades cognitivas por sí solas no es suficiente en la era digital.
El entorno actual exige que estas capacidades se apliquen a situaciones mediadas por tecnología, dando paso al desarrollo de competencias digitales.
Estas competencias no son meras habilidades técnicas: implican procesos cognitivos complejos, toma de decisiones con información diversa y con n variables, debiendo tener un pensamiento flexible adaptado al entorno digital.
🧠 Sobre los niveles de competencia digital y su asociación cognitiva
“Este enfoque busca visibilizar caminos de mejora, no generar juicios. Cada persona aprende a su ritmo, desde su propia realidad, y lo importante es poder ver qué habilidades son necesarias hoy para desenvolverse mejor.”
Diversos marcos internacionales —como el DigComp (Unión Europea), el ISTE (EE.UU.) o el Marco de Competencias TIC para Docentes de la UNESCO— definen múltiples dimensiones de la competencia digital: desde el uso ético y seguro de la tecnología hasta la creación de contenido, la resolución de problemas o la ciudadanía digital.
Sin embargo, para fines de comprensión general y análisis práctico, hemos simplificado estos marcos en cuatro niveles progresivos de competencia digital, cada uno asociado a procesos cognitivos predominantes.
En la siguiente tabla proponemos un cruce entre distintas competencias digitales clave, su descripción funcional (desafíos digitales cotidianos)., el nivel cognitivo asociado y una justificación que evidencia esa relación.

✅ Observaciones clave:
- Esta tabla permite mostrar cómo cada nivel de competencia digital está sustentado por capacidades cognitivas crecientes.
- Refuerza la idea de que desarrollar comprensión lectora y cognición no es opcional en el mundo digital, sino esencial para progresar y no quedarse atrás.
🧩 Aplicaciones en el mundo laboral
Comprender los niveles de competencia digital no solo permite entender cómo pensamos y aprendemos en entornos digitales, sino también visualizar cómo estas habilidades se traducen en oportunidades reales de trabajo.
A continuación, presentamos una tabla que relaciona cada nivel de competencia digital con descripciones prácticas y ejemplos de áreas laborales o actividades donde estas competencias son necesarias y bien valoradas.

**Aunque tradicionalmente se asocian las competencias digitales especializadas a campos tecnológicos, hoy en día herramientas digitales y de inteligencia artificial se utilizan de forma transversal en casi todas las áreas profesionales. Desde la educación y la salud, hasta la gestión pública, el arte o las ciencias sociales, estas competencias permiten automatizar tareas, crear soluciones innovadoras y tomar decisiones mejor informadas en entornos complejos y cambiantes.
✅ Observaciones:
- La progresión que aquí se muestra no es académica, sino funcional y laboral: refleja cómo las competencias digitales habilitan mejores oportunidades de empleo y mayor autonomía en entornos tecnológicos.
- Sin embargo, esta progresión no depende únicamente del uso práctico de herramientas digitales, sino también de habilidades cognitivas transversales como la comprensión lectora, el razonamiento lógico y la capacidad de aprender de forma autónoma.
- En muchos casos, personas con niveles de comprensión lectora y cognitivo bien desarrollados, tienen un nivel muy bajo de competencias digitales, pero pueden avanzar rápidamente y aprovechar mejor las herramientas tecnológicas.
- A veces, las dificultades para comprender la tecnología o seguir un paso a paso no se deben a una falta de capacidad, sino al desconocimiento de ciertos conceptos o a la necesidad de reforzar la comprensión lectora. Con práctica, es posible avanzar.
Oportunidades
Desarrollar competencias digitales no es solo adaptarse a la tecnología, es abrirse paso en un mundo de nuevas posibilidades.
A medida que una persona avanza en su nivel de competencia digital:
- Aumenta su empleabilidad, accediendo a mejores trabajos, con mayor autonomía, impacto y mejores sueldos.
- Disminuye el riesgo de ser reemplazada por tecnologías o IA, porque comienza a aportar pensamiento crítico, creatividad y soluciones humanas.
- Amplía sus horizontes para emprender, ya que puede usar herramientas digitales para crear, automatizar, comunicar, vender, organizar y escalar su propio proyecto.
En resumen, la alfabetización digital no es solo una habilidad técnica, sino una palanca de movilidad social y profesional.
Y en un mundo donde la tecnología evoluciona constantemente, quienes dominan lo digital no solo trabajan mejor: también tienen el poder de crear su propio camino.
Una vez identificadas las oportunidades laborales asociadas a cada nivel de competencia digital, es clave observar cómo estas competencias también se relacionan con aspectos más amplios del mundo laboral. A continuación, se muestra una comparación entre nivel de competencia digital, sueldo promedio estimado y el riesgo de ser reemplazado por inteligencia artificial, lo que ayuda a dimensionar la relevancia práctica de desarrollar estas habilidades en el contexto actual.

Nota: Los valores de sueldo aquí presentados son referenciales y han sido estimados con base en distintas fuentes laborales en Chile (Computrabajo, Indeed, entre otros). Se utilizan como aproximación para ilustrar la relación entre competencias digitales, oportunidades laborales y riesgo de automatización (reemplazo por IA).
Los montos no dependen exclusivamente del nivel de competencias digitales, pero estas constituyen una base fundamental para adquirir habilidades técnicas y adaptarse a un entorno laboral cambiante.
Aún más allá de las habilidades técnicas, son nuestras capacidades cognitivas como la atención, la memoria, el pensamiento lógico, la curiosidad y la autorregulación las que nos permiten aprender de forma continua, adaptarnos a lo nuevo y comprender nuestro propio proceso de desarrollo.
En ese camino, las habilidades blandas también juegan un papel esencial: la comunicación efectiva, la colaboración, la resolución de problemas, la empatía y el pensamiento crítico no solo fortalecen el trabajo en equipo, sino que también potencian el crecimiento personal.
«En un mundo en transformación, quienes cultivan su mente y sus competencias con intención, tienen más herramientas para crear su propio futuro.«
🔹 Sobre fuentes y marcos teóricos en la definición de niveles de comprensión lectora, niveles cognitivos y competencias digitales. Este análisis se inspira en marcos ampliamente reconocidos, como la Taxonomía de Bloom revisada, estudios sobre cognición y metacognición (como los de Flavell y Veenman), así como el marco de competencias digitales DigComp de la Unión Europea. No se pretende presentar una clasificación cerrada, sino una síntesis orientadora, útil para reflexionar y conectar ideas desde una mirada práctica y educativa.
No basta con saber usar herramientas: se necesita criterio, análisis y visión
Aunque el uso de herramientas digitales se ha vuelto parte del día a día para muchas personas, eso no siempre va acompañado de una comprensión profunda sobre cómo funcionan, cuáles son sus límites o qué impacto pueden tener.
Saber usar una app o pedirle algo a la IA no equivale necesariamente a dominarla ni a aprovechar todo su potencial. Aquí es donde aparece una diferencia clave entre tener habilidades funcionales y desarrollar competencias digitales.
Es algo que ya vivimos en el pasado: cuando los computadores comenzaron a masificarse, muchas personas los usaban principalmente como máquinas de escribir modernas. Se escribía más rápido, se podía borrar sin corrector líquido, pero sus capacidades para procesar datos, automatizar tareas u organizar información seguían inexploradas por buena parte de los usuarios. Hoy ocurre algo parecido con muchas herramientas digitales, incluida la inteligencia artificial.
Saber cómo funciona una aplicación no es lo mismo que comprender su alcance, sus riesgos o su potencial transformador. En muchos entornos profesionales, aún se tiende a confundir el uso básico con el dominio real. Hacer una tabla en Excel, pedirle algo a ChatGPT o automatizar una tarea son ejemplos de habilidades funcionales. Pero las competencias digitales exigen algo más profundo: pensamiento crítico, adaptabilidad, criterio ético y capacidad de aprendizaje continuo.
El liderazgo digital también es una competencia clave
Más del 70 % de los profesionales de Recursos Humanos y formación reconocen que la fluidez digital, la capacidad de elegir herramientas, adaptarse con rapidez y proponer soluciones innovadoras, es cada vez más valorada por las organizaciones. Así lo señala el informe CompTIA Workforce and Learning Trends 2024.
En este contexto, el liderazgo digital también debe entenderse como una competencia digital, una que combina capacidades fundamentales:
- Comprensión técnica, para interpretar datos, herramientas y sistemas;
- Pensamiento estratégico, para alinear decisiones tecnológicas con objetivos organizacionales;
- Y habilidades blandas, como la comunicación, la gestión del cambio y la visión ética.
Así lo destaca el World Economic Forum (enero 2024), al señalar que los Chief Digital Officers de distintos sectores coinciden en que su rol exige alinear la tecnología con los objetivos del negocio y centrarse en el capital humano. No basta con incorporar herramientas: se necesita liderazgo con criterio.
Este enfoque invita a repensar también el desarrollo profesional. En un entorno donde la tecnología evoluciona con rapidez, la capacidad de aprender, adaptarse y cuestionar críticamente se vuelve tan importante como el conocimiento técnico.
Por eso, hablar de liderazgo digital no se limita a cargos directivos o especialistas en tecnología. Cualquier persona que toma decisiones, gestiona equipos, educa o emprende necesita desarrollar una mirada estratégica sobre el uso de herramientas digitales.
Implica saber elegir qué tecnología usar, cómo aplicarla con sentido, y para qué fin. También anticipar consecuencias, fomentar prácticas responsables y guiar a otros en contextos de cambio.
El liderazgo digital, entonces, no es solo un rol: es una actitud. Una disposición activa a comprender lo que la tecnología puede aportar, a cuestionar sus límites y a generar valor con ella, desde una perspectiva humana, ética y transformadora.
Cuando el uso no es comprensión
- Un líder que toma decisiones basadas en resultados generados por inteligencia artificial, sin comprender cómo fueron obtenidos ni qué implicancias tienen.
- Un equipo que opera herramientas digitales a diario, pero desconoce cómo proteger su información o gestionar la seguridad de los datos.
- Un profesional que automatiza procesos, pero no sabe evaluar los resultados ni anticipar consecuencias.
- Jóvenes considerados “nativos digitales” que no distinguen entre contenido real y manipulado.
Estos casos no son excepcionales: son parte del día a día. Ocurren en empresas, en aulas, en instituciones públicas. Y muestran con claridad un fenómeno común: el uso frecuente de la tecnología no garantiza una comprensión crítica de su funcionamiento, sus riesgos ni su impacto.
En Chile, por ejemplo, el Ministerio de Educación junto a la UNESCO presentaron en 2025 un Marco de Competencias Digitales Docentes, con el objetivo de fortalecer la capacidad crítica y pedagógica en entornos digitales, y promover una integración más consciente y efectiva de la tecnología en los procesos educativos.
El desafío formativo que las organizaciones no pueden evitar
No basta con ofrecer cursos de herramientas. El desarrollo de competencias digitales requiere procesos formativos integrales, que combinen tecnología con pensamiento crítico, ética digital y comprensión del entorno.
Delegar esta tarea al “departamento de sistemas” o resolverla con tutoriales fragmentados es no entender la magnitud del desafío. Las personas necesitan algo más que saber qué hacer con la tecnología: necesitan comprender por qué y para qué.
Formar competencias digitales no es solo capacitar en funciones técnicas. Es generar criterio, autonomía y capacidad de adaptación frente a contextos en constante transformación.
- Las empresas deben comprometerse con una formación continua, estratégica y alineada con su cultura y objetivos.
- Los profesionales deben asumir el aprendizaje como parte de su práctica, no como un evento aislado.
- Las instituciones educativas deben evitar reducir lo digital a la técnica, y fomentar la integración crítica de estas herramientas en sus procesos.
📊 Datos clave sobre formación digital en el sector privado
A continuación, se presentan hallazgos recientes de informes internacionales que muestran cómo la inversión en formación digital crítica y contextual impacta directamente en la capacidad de adaptación, innovación y cohesión de los equipos:
Aunque la mayoría de las empresas está implementando IA, solo el 1 % se considera madura en su aplicación. El mayor obstáculo no está en la tecnología ni en los empleados, sino en el liderazgo. McKinsey enfatiza que formar líderes con criterio digital es clave para desbloquear el potencial de los equipos.
Conclusión clave:
Las empresas que invierten en formación digital crítica, especialmente en sus líderes, logran mayor adaptabilidad, innovación y cohesión.
World Economic Forum – Informe sobre el futuro del empleo 2025
Basado en encuestas a más de 1 000 empleadores globales. Destaca que las organizaciones con estrategias formativas adaptadas (y no genéricas) en habilidades digitales tienen mayor resiliencia y productividad en entornos cambiantes.
Conclusión clave:
Formar en habilidades digitales adaptadas a los desafíos de cada empresa genera innovación y preparación para el cambio.
National Skills Coalition – The New Landscape of Digital Skills in the U.S. Workforce
Aunque centrado en el mercado estadounidense, este estudio resulta útil para visualizar tendencias globales. Analiza más de 43 millones de ofertas laborales y concluye que el 92 % exige competencias digitales, muchas de nivel medio a alto.
Subraya que las empresas que invierten en capacitación específica y alineada a sus contextos logran mejores tasas de retención, movilidad interna e innovación.
Conclusión clave:
No basta con saber usar herramientas: se necesita formación crítica y contextual para mantenerse competitivo.
Sin competencias digitales, no hay adaptabilidad ni autonomía en el mundo digital.
No se trata de seguir cada nueva tecnología por moda ni de romantizar el pasado analógico. Se trata de mirar con más conciencia lo que significa vivir y trabajar en un entorno digital. Aprender ya no es opcional: es parte de ejercer con autonomía, criterio y responsabilidad.
Desarrollar competencias digitales va mucho más allá de saber usar una app. Implica comprender el entorno, tomar decisiones informadas y adaptarse sin perder el sentido.
¿Estás desarrollando competencias digitales reales, o solo acumulando herramientas sin criterio?
¿Tu relación con la tecnología es consciente, o solo funcional?
¿Estás aprendiendo a comprender la tecnología, o simplemente usándola sin cuestionarla?
Conoce aquí cómo desde Kaigrowth formamos en competencias digitales con criterio, contexto y autonomía.
✍️ Christian Cruz
Consultor en Kaigrowth | Capacitación en Alfabetización Digital y Formación en Competencias Digitales e Inteligencia Artificial Aplicada.